A veces sentimos la necesidad de escapar de la rutina, nos vemos tan sumamente agobiados, que cualquier reacción en tu contra hace que explotes, que no aguantes más, que tengas que ponerte de mal humor y tengas la necesidad de salir de casa, despejarte, estar sola, pero mejor en compañía.
Sola, pero mejor en compañía, no sé si entendéis a que me refiero con esto, aunque es simple de entenderlo. Sentimos la necesidad de estar solos porque queremos llorar, chillar, pegar golpes... Pero necesitamos que alguien nos escuche, nos abrace cuando lloremos, nos entienda cuando chillamos y, nos calme cuando estamos a punto de dejarnos la mano contra la pared.
Muchas veces reaccionamos encerrándonos en nuestra habitación, intentando aislarnos de nuestros problemas y de la realidad que nos rodea. Intentamos no pensar en las cosas, pero la soledad es el peor remedio para "curarnos", creo que es necesario salir y despejarse. Pero el problema comienza cuando ni tu mismo tienes ánimos como para moverte de la cama, ahí empiezan a complicarse las cosas.
Empieza a apoderarse de nosotros un sentimiento de culpa, pero sin tener culpa de nada; un sentimiento de inutilidad, de que somos un bache, de que no hacemos nada bien y de que no servimos para nada. También aparece esa sensación de estar herido, de que algo te presione por dentro, te apriete la garganta, te cueste respirar y entres en un profundo estado de ansiedad; comienzas a sentirte perdido, no sabes que hacer, ni a donde ir; sentir que todo va en tu contra y que no tienes a nadie que te ayude.
Algunas veces quieres destacar, sentirte "querido", estás tan harto de sentirte abandonado... Necesitas algo en lo que creer, encontrar algo que te haga cambiar de opinión, porque empiezas a calentarte la cabeza pensando que te vas a pasar así la vida.
Supongo que todos nos hemos sentido así alguna vez, nos ponemos una máscara que oculta nuestro dolor y que al fin y al cabo siempre acabamos saliendo. Esta creo que es una de las entradas más deprimentes que he escrito, pero de las más sinceras en lo que llevo escribiendo este año.
A veces la esperanza es la única cosa en la que podemos apoyarnos cuando nos sentimos así, porque siempre tenemos algo que nos hace sentirnos bien, que nos hace relajarnos y salir poco a poco adelante.
